El Refresco Veneno
El Refresco- ¿Dulce nectar o veneno portal?, Atodos nos gusta el regresco esa bebida gaseosa y dulce pero...
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Las gaseosas pueden ser muy
ricas, pero no equivalen a la felicidad
Ve el vídeo y entandaras porque:
Los cuatro simpáticos osos miran
hacia el mar mientras beben cada uno una gaseosa y suena el tema “Sugar”
(azúcar) de Jason Mraz. Los animales siguen haciendo su vida -siempre botellas
en mano- en tanto van sucediéndose los avisos publicitarios que hablan de
felicidad y comienza también a tener lugar una serie de imprevistos: a uno se
le rompe la ropa por el exceso de peso, otro se agarra diabetes y uno más
parece tener un problema eréctil. Para peor se les caen algunos dientes hasta
que el diabético termina perdiendo la pierna y solo entonces, ya en silla de
ruedas, se dirige hacia la heladera, toma una botella y vuelve a pararse frente
al mar, pero esta vez para verter ahí mismo todo su contenido.
El autor de la pieza lanzada en
2012 es el ex publicista estadounidense Alex Bogusky, quien luego de años de
trabajar para marcas como Burger King y Coca Cola se convirtió en un fervoroso
militante antigaseosas. Fue entonces cuando creó este corto titulado "The
Real Bears" ("Los verdaderos osos"), en el que los enormes
mamíferos sugieren una inequívoca referencia a los osos polares que hace unos
años supieron ser ícono de la comunicación publicitaria de Coca Cola. "El
mensaje que tiene que llegar es que las gaseosas pueden ser muy ricas, pero no
equivalen a la felicidad", explicó Bogusky mientras las críticas le
llovían por pasarse de bando después de haber mamado durante demasiado tiempo
de la teta corporativa.
El caso es que cada vez más a
menudo las gaseosas y otras bebidas azucaradas son observadas como responsables
del exceso de peso de la población. De hecho, la Organización Mundial de la
Salud (OMS) las ha sumado al grupo de responsables de la creciente epidemia de
obesidad que afecta a gran parte del planeta y ha sugerido la adopción de
medidas específicas para desestimular su consumo, como la polémica idea de
subirles los impuestos en un 20 por ciento.
San Francisco discute desde hace
años la posibilidad de que los envases de bebidas azucaradas incluyan
advertencias sobre los riesgos de obesidad y diabetes que puede acarrear su
consumo; en tanto aquí en México gravó con un impuesto a los “refrescos” ya en
2014 y en Francia quedó recientemente prohibido el refill (relleno ilimitado)
de estas bebidas en restaurantes, hoteles y servicios de catering en general.
¿Acaso están convirtiéndose las gaseosas en el próximo tabaco?
Los alimentos ultra procesados y
las bebidas industriales azucaradas representan una parte cada vez mayor de lo
que las personas ingieren en América Latina. Y los resultados son muy
negativos. El asesor sobre Nutrición y Actividad Física de la OPS/OMS Enrique
Jacoby explicó que el problema es que estos
productos no están diseñados para satisfacer las necesidades nutricionales de
las personas, sino para que se conserven por mucho tiempo y sean consumidos
incluso contra el deseo racional de dejar de comer o beber. En otras palabras: responden a los
intereses de la industria más que a los de los consumidores. “Por eso
resultan doblemente perjudiciales: son casi adictivos, lo que lleva a aumentar
el sobrepeso y la obesidad, al tiempo que sustituyen los alimentos frescos, que
son la base de una dieta natural rica en nutrientes", marca el
especialista.
Sin embargo y por esas vueltas
del mercado el consumo de gaseosas no para de crecer en estas latitudes: la
Encuesta Mundial de Salud Escolar mostró que en nuestro país la mitad de los
adolescentes de 13 a 15 años consume dos o más bebidas azucaradas por día,
mientras que un informe difundido en 2013 por la consultora Euromonitor
Internacional aseguraba que la Argentina, con 131 litros por cápita por año, es
el principal consumidor de gaseosas del mundo, generando a sus fabricantes unas
ganancias fabulosas y a la población un problema sanitario serio.
La era de los excesos
Son muchos los estudios que
sugieren que el consumo de bebidas
azucaradas incrementa el riesgo de obesidad, diabetes mellitus, síndrome
metabólico, algunos tipos de cáncer y también osteoporosis. “La fructosa
presente en estas bebidas es el monosacárido que está atrayendo más la atención
por sus efectos perjudiciales en términos de ganancia de peso y trastornos
metabólicos”, explica Verónica Risso Patrón, presidenta de la Federación
Argentina de Graduados en Nutrición (FAGRAN). Según la especialista los jugos
tienen algo menos de azúcar que las gaseosas (3 cucharaditas por vaso contra
5,5 de las últimas), aunque siempre hay que atender a la cantidad consumida y
particularmente a la presencia de fructosa en forma de jarabe de maíz de alta
fructosa y/o de sacarosa, que es el que por la vía metabólica genera la no
sensación de saciedad. “En síntesis –concluye- el problema central está en la
cantidad de azúcar que tienen estos productos”.
Sucede que al cuerpo le cuesta
más reconocer las calorías que ingresan por la bebida que aquellas que vienen
de los alimentos sólidos, frente a los cuales responde con las conocidas
señales de saciedad. Pero como en la naturaleza prácticamente no existen
bebidas que tengan tantas calorías, entonces el organismo carece de estos
mecanismos para darse cuenta si las consumió en exceso. En el caso de los chicos
y adolescentes se agrega otro factor importante, y es que las bebidas
azucaradas están para ellos demasiado disponibles en los ambientes de
encuentro, lo que suele dar lugar a una ingesta desproporcionada.
Estamos comiendo mucho, y también
bebiendo mucho. Las presentaciones de los productos son cada vez más grandes,
pero los consumidores no estamos preparados para ingerir todo eso que nos ponen
delante. Las gaseosas que antes se consumían solo en ocasiones especiales ahora
se beben todos los días y casi a cualquier hora. ¿Quién se encarga entonces de
poner el límite?
Los especialistas repiten que a
la par de combatir el consumo de gaseosas hace falta promover que se beba más
agua. Risso Patrón es clara al respecto: “Agua y más agua –dice-. Podría
pensarse en bebidas caseras sin agregado de azúcar como limonada, mate
endulzado con cáscara de frutas, tés endulzados con especias. Pero no hay mejor
costumbre que incorporar el agua”. De acuerdo a la nutricionista el consumo de
gaseosas puede, llegado el caso, ser algo excepcional, pero no hay algo así
como una recomendación mínima y máxima para su consumo. “Depende de los otros
alimentos que se ingieran en el día, del momento, las características de esa
persona. Lo que sí existen son consumos máximos diarios de azúcares libres, que
en adultos es de 50 gramos: el equivalente a 12 cucharaditas en total. Y si
dijimos que un vaso de gaseosa provee 5 cucharaditas y media podemos sacar
rápidamente las cuentas”, advierte.
¿Qué podemos hacer?
¿Tú que harías después de leer esto?, ¿estarías dispuesto a desacerté de los refrescos como lo hicieron los osos del video?, o ¿prefieres seguir bebiendo tu dosis diaria de veneno?, recuerda una de estas bebidas cada tanto puede ser refrescante y sabrosa, pero si se vuelve un hábito se convierte en un problema. Sin la necesidad de volverse radical, todavía queda la opción de informarse, reflexionar y saber que la felicidad podrá encontrarse en los más recónditos lugares, pero nunca al destapar una gaseosa. la decicion tuya pero piensa en ello, por otro lado la conclusión a la que yo llegue fue esta:
Consumir más agua, dejar las bebidas azucaradas para un consumo ocasional y también limitar la exposición mía como de los niños a la publicidad de la industria de alimentos, ya que estos no nutren solo me hacen consumir. Si te gusto este articulo dale Like y compártelo.
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